Qué ver en Andorra, un paraíso en los pirineos

Si hace unas semanas os dejamos una publicación sobre Las 5 Mejores Rutas de Montaña en Andorra, hoy es el turno de continuar con la visita a este país encantador para conocer parte del patrimonio histórico que atesora, enorme en relación con su extensión. Aquí comienza nuestro post sobre qué ver en Andorra.

Un paseo cultural por Andorra

El país cuenta con numerosos museos y recursos en su territorio como el Museo de la Electricidad, el Postal, el Thyssen-Bornemisza, la Casa Cristo o Naturland, y por supuesto, un sinfín de iglesias que complementarán vuestra visita a este pequeño Estado soberano del corazón de los Pirineos.

Para ello, una opción muy recomendable es el PassMuseu, gracias al cual, por 2,50 € puedes disfrutar de una reducción del 50% en tres museos que elijas, siendo bastante asequible, aunque si no lo prefieres, tampoco se caracteriza Andorra por precios prohibitivos para visitar su patrimonio.

Nosotros aprovechamos nuestra estancia para conocer otros lugares como La Seu d’Urgell o Puigcerdà en España, y Aix-Les-Thermes en Francia (aconsejo que visitéis esta ciudad termal si estáis por la zona, no os defraudará), pero os contamos qué visitamos en Andorra para tener una visión global del país.

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Andorra la Vella, la capital de Andorra

Casa de la Vall

Si hay algo que sorprende de este edificio es la propia arquitectura, en pleno centro histórico de la capital, Andorra La Vella, y rodeado de edificios de pisos, pero recordando el pasado de la ciudad. Esta casa ha sido sede del Parlamento andorrano desde 1702 hasta su traslado al edificio contiguo en la misma explanada en 2011. Cuenta con tres plantas, en la baja se mantiene el acceso original de guijarros a la vivienda y el antiguo Tribunal de Corts, con el mobiliario de maderas nobles.

Arriba se distribuyen diferentes estancias como la Sala del Consell General y la Cámara de los Diputados, un pequeño congreso acorde al tamaño del país, que ya hoy se usa en ocasiones muy especiales. Y no dejéis de ver la cocina o la recoleta capilla, donde se encuentra el Arca de los Siete Cerrojos, cada uno de los cuales corresponde a las siete parroquias que componen el Principado.

En la planta alta se conserva el desván, que da muestra de la función de despensa/granero que tenía en la casa solariega, que fue construida en el siglo XVI por la familia Busquets hasta la compra por el Gobierno de la época para convertirla en la sede del Consell General.

Hoy día contrasta con el entorno de edificios modernos, aunque puede dar una idea sobre cómo podría ser Andorra la Vella hace años, pero no tantos como imaginas, siendo una visita obligada para conocer mejor este pequeño país.

Espai Columba – Santa Coloma

A la entrada de la capital desde España, lo primero que llama la atención es la iglesia románica de Santa Coloma que queda a la izquierda, descubriendo luego este museo al no ser muy reconocible desde el exterior porque la fachada es bastante sencilla. Y es que ambos edificios conforman este espacio.

Podemos dejar el coche en el parking y acceder primero al museo para comprar el ticket, un lugar que actúa como centro de interpretación del románico andorrano. No es muy grande, ocupando sólo una planta, y es muy cómodo de ver, donde se exponen objetos litúrgicos y frescos de diferentes iglesias.

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Una de las obras más interesantes son los frescos que cubrían el ábside de la iglesia de Santa Coloma, que tras ser extraídos y dispersos por Europa, poco a poco el Gobierno fue recuperándolos hasta mostrarlos al completo en un lugar que recrea el ábside de la iglesia.

Una vez concluido el recorrido por el museo, volvimos a cruzar la calle para entrar en la propia iglesia de Santa Coloma, del siglo X. Desde fuera resulta llamativa su elevada torre circular de estilo lombardo. En el interior pudimos ver un retablo dorado a los pies de la nave y una talla románica de la Virgen del Remei, pero lo más curioso está de nuevo en el ábside, ya que aunque la persona que estaba al cuidado del recinto es muy atenta y no hizo falta pedirlo porque lo hizo rápido, si no lo hace, pedid que os pongan la proyección de un videomapping, que reproduce con imágenes y música cómo estaba decorada esa zona con las pinturas que habíamos visto antes en el museo. ¡Muy interesante!

Ruta por las iglesias románicas de Andorra

Si eres amante del patrimonio, Andorra es un destino que no te puedes perder, y sobre todo si te gusta el románico. Son numerosas las iglesias y capillas que pueblan el Principado en cascos urbanos o dispersas por la montaña y bien merecen una visita.

Si quieres ver el interior, deberás tener en cuenta que la mayoría abren en julio y agosto, siendo más difícil hacerlo el resto del año. Nosotros estuvimos a mediados de septiembre y nos lo perdimos, pero siempre vale la pena hacer una ruta para conocer algunas de ellas, aunque sea desde fuera, porque son muy recomendables.

Desde la capital partimos por una carretera comarcal con buen firme, ascendiendo por el municipio de Escaldes-Engordany hasta la aldea de Engolasters, donde en el margen derecho de la carretera y antes de llegar al núcleo urbano, nos encontramos con la iglesia de Sant Miquel, con una torre del siglo XII y unos ventanales y arcos de estilo lombardo, junto con un porche de acceso muy bonito y bien cuidado.

Y desde aquí, disfrutar de las vistas del valle del río Valira o llegar hasta el lago d’Engolasters a pie son unas propuestas magníficas para aprovechar la subida.

Volviendo de nuevo por la misma carretera y en la localidad de Encamp, nos resultó muy fácil aparcar en uno de los aparcamientos que encontrarás en cualquier lugar en el centro (como en todo el país, siempre de pago), y acercarnos hasta la iglesia de Sant Marc y Santa María. Fijaos en el coro alto que hay a los pies de la nave y el altar mayor; y si tomáis por un paseo que va junto al río Valira d’Orient, una agradable ruta de unos 750 metros lleva hasta la iglesia de Sant Romà de Les Bons, que mantiene una estructura de ermita rural en un entorno idílico.

Ese día también pudimos continuar por la carretera que va hacia Francia y pasado el núcleo de Canillo, a la derecha, dejar el coche en un aparcamiento para ver la iglesia de Sant Joan de Caselles. Desde fuera, nos resultó muy llamativa la torre con arcos de medio punto y un pequeño atrio o porche que da acceso a esta construcción levantada en el siglo XII.

Es un lugar emblemático de Andorra, se ve muy bien desde la carretera y aconsejamos su visita. Además, a unos metros siguiendo la misma carretera, pero en el margen izquierdo, encontramos la cascada de Les Moles, de 35 metros de altura y realmente bonita.

Casa D’Areny-Plandolit

En la calle principal de Ordino, donde está la iglesia y el ayuntamiento, encontramos esta casa-museo que fue de la familia Areny-Plandolit, una familia noble de la zona. Fue construida en el siglo XVIII como una casa solariega y conserva perfectamente todas las dependencias de la vivienda.

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Nos gustó mucho el suelo de piedra que sirve de entrada a la residencia, pero también la bodega, los dormitorios y salones nobles con mobiliario de la época, la capilla junto al despacho con una biblioteca fantástica o la cocina… ¡es como trasladarse a otro siglo!

Santuario de Meritxell

Justo en el centro del país se encuentra un complejo que casi pasa desapercibido desde la carretera nacional si no llega a ser por las señales indicativas, pero merece y mucho la pena detenerse y hacer una visita, se trata del Santuario de Meritxell.

De entrada, la primera mirada se dirige a una serie de arcos que forman la fachada principal, pero nuestra recomendación es que una vez que subáis desde la zona de restaurantes y el aparcamiento (creo que este fue el único gratis que encontramos), os encaminéis hacia la izquierda donde permanece en pie la antigua ermita, restaurada tras el incendio que la devastó por completo en 1972 y que hoy día acoge un pequeño museo con fotos y objetos del lugar.

Y ya en el santuario nuevo, levantado en 1976 por Ricardo Bofill con materiales que encajan muy bien en el entorno, se abren dos claustros y en el centro, la iglesia, muy diferente a las que solemos encontrar, por las amplias cristaleras que permiten entrar mucha luz en el interior, porque carece de una gran puerta principal y, sobre todo, por el pedestal moderno donde se sitúa la réplica de la talla románica de la patrona andorrana, la Mare de Dèu de Meritxell, cuya original también desapareció en el incendio. Es el centro de religiosidad del país y un lugar muy representativo para ellos.

Casa Rull

Desde Andorra la Vella podemos tomar dirección a la parroquia de La Massana, en concreto, hacia la aldea de Sispony. Se trata de un lugar con mucho encanto, donde se respira una paz envidiable. Esto es debido a que allí, en la zona alta, encontramos el Museo Casa Rull, ubicado en una antigua casa solariega.

Primero proyectaron un vídeo explicativo de la vida en el lugar y la casa en la época de mayor esplendor para, a continuación, hacer el itinerario establecido. Si la Casa d’Areny-Plandolit es un ejemplo de casa nobiliaria, esta Casa Rull lo es de una familia de payeses.

La entrada por la zona de la bodega resulta muy curiosa y el olor a chacina en una de las dependencias, espectacular. A partir de aquí se sube a la vivienda con diferentes salones, los dormitorios para los críos, los abuelos, invitados, el matrimonio principal… el molino y el horno para el pan, la cocina, el huerto o el desván, muestra cómo era el día a día en esta casa a principios del siglo XX. Sin duda es una visita indispensable en Andorra.

¿Dónde dormir en Andorra?

Podéis tener cualquier otro problema en Andorra, menos encontrar alojamiento por la gran oferta hotelera que tiene, todo dependerá de vuestras posibilidades y preferencias. Al ser la primera vez que íbamos, optamos por la capital, pequeña en tamaño, pero es un gran centro comercial. En concreto, reservamos en el Hotel Acta Arthotel, junto al río Valira. Destacamos que se encuentra a un minuto de la Avenida de Meritxell, la arteria principal de la ciudad con negocios de todo tipo.

Se trata de un hotel de 4 estrellas muy confortable, con habitaciones amplias y multitud de servicios, una terraza frente a un parque, varios aparcamientos muy próximos si viajas en coche, que es la mejor opción para moverse (nosotros alquilamos uno en la estación del AVE de Lleida), y además de la ubicación, destacaría el buffet del desayuno… simplemente genial.

Este post ha sido elaborado conjuntamente con nuestro colaborador José Ángel Sánchez Rojas.